Bruxismo es el nombre técnico para el hábito parafuncional de apretar los dientes. Lo normal es que los dientes entren en contacto cuando masticamos o tragamos por eso decimos que es parafuncional, porque no cumple con estas funciones. El apretamiento de los dientes se produce por otras causas y en otras circunstancias.
Hay dos tipos de bruxismo bien diferenciados:
- Céntrico: es inconsciente, suele producirse al dormir y el paciente no suele darse cuenta y es su pareja o círculo familiar los que lo descubren.
- Excéntrico: está causado por los movimientos de lateralidad que provocan el rechinamiento. En este caso lo normal es que el dentista se dé cuenta al ver el desgaste de los dientes y ponga solución para evitar que se rompan.
Como hemos dicho la causa principal es la inestabilidad oclusal, es decir, que la dentadura no encaja adecuadamente. La buena noticia es que tiene fácil solución: la ortodoncia.
Con la ortodoncia alineamos los dientes y damos la estabilidad adecuada a nuestra boca haciendo que el bruxismo desaparezca por completo. Además, esto lo conseguimos en un tiempo récord: entre tres y seis meses. En ese corto período de tiempo, cambiamos algunas inclinaciones y hacemos que las fuerzas vuelvan a quedar repartidas correctamente. Los músculos se relajan y la estructura maxilofacial deja de sufrir.
Seguro que ahora que lo sabes, querrás tratarte. En muy poquito tiempo conseguimos mejorar la calidad de vida del paciente y evitamos las molestias y otras dolencias más graves derivadas de apretar los dientes.