La Odontofobia, o miedo irracional a la figura del dentista, afecta al 15% de la población, según la OMS. Este miedo no siempre tiene que ver con una experiencia negativa previa –esto se da en una mínima parte de los casos-, sino que generalmente se asienta en un temor injustificado a sentir dolor. Aunque un estudio reciente del Instituto de Investigación de Mercados Key Stone y FENIN ya apunta que en 2014 casi el 60% de los españoles fueron al dentista frente al 30% de 2003, aún hay un 40 por ciento que no va al dentista y de ellos, el 14% asegura que el motivo por el que no va al dentista no es el dinero.
El Dr. Iván Malagón, Director de Iván Malagón*Clinic, centro especializado en Odontología Sin Dolor, y experto en la técnica Invisalign nos explica a qué se debe este temor y nos da las claves para perder el miedo.
Una mala experiencia previa
En realidad, esto se produce en una mínima parte de los casos. Si has tenido una mala experiencia en el pasado, cambia de especialista y cuando pidas cita con un nuevo odontólogo explícale la situación y valora con él la posibilidad de tener antes un intercambio de impresiones en el que tú puedas transmitirle qué te inquieta y puedas asegurarte de que lo entiende y asume esta situación como parte del tratamiento. La salud de tus dientes y tu salud en general merecen que el especialista te escuche y conozca tus temores.
Miedo al dolor
Forma parte de la “leyenda urbana” del dentista como “sacamuelas” de los siglos XIX y XX. Estamos en el siglo XXI y estamos por la Odontología preventiva: se trata de actuar antes de que sea necesario un tratamiento.
- La revisión dental periódica no duele. No debes dejar de acudir a tu cita cada seis meses por temor a que te hagan daño. En esta cita comprobamos el estado de nuestros dientes y encías y detectamos patologías (caries, enfermedad periodontal, …) en su fase inicial. Esto nos permite tratarlas de forma poco invasiva.
- El tratamiento, en general, tampoco duele. Contamos con recursos suficientes para hablar de Odontología sn dolor: la La tecnología láser nos permite tratar prácticamente todo tipo de dolencias sin anestesia y sin dolor, ni molestias para el paciente. Gracias al láser, podemos trabajar sin calentar y, por tanto, sin transmitir sensibilidad a la superficie del diente. Esta novedosa tecnología sustituye al bisturí, la turbina y la fresa, tres elementos que causan fobia al paciente porque suele asociarlos a dolor local.
Ansiedad
La ansiedad que genera el miedo a lo desconocido y la prevención a que alguien urgue en algo interno nuestro, como la boca, con instrumental y supuestamente fuera de nuestro control, hoy en día es manejable gracias a la sedación consciente, que nos permite relajar al paciente de forma que se mantiene consciente y colabora con nosotros en el tratamiento.
Miedo al pinchazo
Si fuera necesario recurrir a un anestésico, los odontólogos contamos hoy día con formación específica para poder administrarlos sin causar molestia. Precisamente la finalidad del anestésico es evitar el dolor.
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