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Los beneficios del hilo dental, en entredicho

Floss4Además del cepillado dental diario, el uso del hilo dental es una de las prácticas más recomendadas por los dentistas, pero, ¿es útil? Por extraño que parezca, resulta que no hay ningún estudio concluyente que demuestre las propiedades beneficiosas para la salud que se asocian con esta práctica como que reduce el riesgo de periodontitis, de caries o que combate la placa dental.

El tema saltó a la palestra hace pocos días cuando en las nuevas directrices elaborados por los Departamentos de Agricultura, Salud y Servicios Humanos Americanos de repente no había mención alguna sobre utilizar el hilo dental a diario. Tras esto, la agencia Associated Press informó de que nunca se había analizado la eficacia de utilizar la seda dental regularmente, motivo por el cual se ha eliminado esta recomendación hasta que se pruebe científicamente sus beneficios sanitarios.

La noticia ha causado un gran revuelo, y la Academia Americana de Odontología ha admitido que es cierto que no existen investigaciones concluyentes debido a que no se ha podido obtener una muestra amplia de participantes durante un periodo de tiempo significativo. Es más, en 12 ensayos aleatorios publicados en 2011 en ‘The Cochrane Database of Systematic Reviews tan solo se encontró evidencia “poco fiable” de que la seda dental podría reducir la placa tras uno o tres meses de uso.

Pese a que no existen suficientes pruebas científicas de sus posibles beneficios para nuestra boca, muchos dentistas recomiendan su utilización diaria en combinación con el cepillado tradicional para conseguir una higiene oral adecuada y reducir la inflamación y el sangrado de las encías, algo que sí que se ha podido comprobar según otro estudio publicado en la misma revista, que aunque la evidencia no es demasiado contundente, los resultados mostraron que los que se cepillan y utilizan el hilo regularmente tienen menos inflamación y sangrado gingival que los que tan solo se cepillan.

El hilo dental puede tener los beneficios que ahora han quedado en duda, pero la falta de estudios con pruebas concluyentes hace difícil a los dentistas poder afirmarlo científicamente.