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Piercings y tatuajes bucales, ¿qué perjudica más la salud?

Las modas en cuanto a complementos han llegado hasta los dientes, literalmente. Los tatuajes dentales o tateeth se han empezado a poner de moda al igual que los piercings, pero, ¿son peligrosos?

Si el tatuaje en los dientes, como explica el doctor Iván Malagón, lo realiza un odontólogo, no es más que una funda o carilla dental normal (o un implante) con un dibujo en la superficie elegido por el cliente. Se hace así para mantener intacto el esmalte dental, porque de lo contrario se podrían desarrollar enfermedades orales graves. Además no es algo permanente, las fundas se pueden poner y quitar sin complicación alguna, por lo que esta moda, si se lleva a cabo con la higiene adecuada, no supone peligro alguno para la salud.

Caso muy distinto es el de los piercings en la boca. Agujerear la zona de los labios, la lengua o el frenillo (piercings más frecuentes en dicha zona) se abre una ventana enorme a las infecciones. En la cavidad bucal habitan multitud de bacterias, algunas beneficiosas, pero otras muy peligrosas si desembocan en el torrente sanguíneo, algo probable ya que allí se encuentran grandes cantidades de vasos sanguíneos. Si esto ocurre puede provocar bacteriemia, y en casos graves, si el flujo de bacterias es muy elevado, se puede producir una sepsis que desemboque en un shock séptico o en una endocarditis bacteriana, dos patologías muy graves. Es imprescindible para que esto no ocurra tener una higiene impoluta, pero aun así, estas perforaciones dificultan mucho realizar una limpieza correcta de la boca.

Los piercings orales pueden perjudicar a tu salud dental.
Los piercings orales pueden perjudicar a tu salud dental.

Otra desventaja de estos pendientes, en especial el de la lengua, es la hiperemia pulpar que suele causar. Esto sucede cuando se inflama la cavidad pulpar de las muelas (donde se albergan los vasos sanguíneos y nervios del diente) debido al choque continuo del piercing con la superficie dental. Estos pequeños impactos del metal contra el diente, crean microrroturas en esta cavidad, y dilatarse los vasos dentro de la cavidad pulpar y no disponer de espacio para albergar el tejido inflamado, se produce mucho dolor. Si no se corrige, con el tiempo se produce la retracción de la pulpa porque, para protegerse de ese trauma se calcifica la cavidad, perdiendo de esta forma tanto sensibilidad en el diente (deja de haber dolor) como el riego sanguíneo, impidiendo el aporte de nutrientes. Esto hace que la pieza esté más vulnerable, y ante esos traumatismos pude perderse la pieza dental.

Problemas como daños en las encías, perjudicar el esmalte dental o inflamaciones que afectan a las vías respiratorias son otros de los hándicaps que suponen los piercings para la salud oral. Por tanto si se tiene alguno, es importante acudir al dentista con asiduidad para evitar sufrir estas afecciones.