Actualmente contamos con tipos de ortodoncia muy desarrollados, como Invisalign. Con la ortodoncia del siglo XXI pretendemos conseguir armonía, equilibrio y simetría. No solamente desde el punto de vista estético, sino desde el funcional. Un cambio en la perspectiva con la que miramos este tipo de tratamientos y que sin duda ha marcado su posterior desarrollo. Pero también son importantes un correcto diagnóstico y una adecuada planificación. Cosa que mejora la calidad de vida de las personas, en todos los sentidos.
No tratamos sólo dientes, ya que la ortodoncia tiene una repercusión brutal a niveles como el social, y con nosotros mismos. De la misma forma que un error de tratamiento o un manejo inadecuado, pueden destrozarte la vida, estamos jugando con la autoestima y la salud de personas. Esto sin duda es algo que sólo pueden apreciar expertos, como el Doctor Iván Malagón, con una trayectoria y experiencia profesional que permite esa sensibilidad por la estética.
¿Cómo nos afecta utilizar Invisalign en nuestro día a día?
Si no conoces Invisalign, se trata de alineadores transparentes personalizados por completo. Cada cierta semana el paciente tendrá que irlos cambiando de modo que se consigan las metas de la planificación paulatinamente. Se establecen ciertos mínimos, como llevarlos puestos mínimo 22 horas al día. Un factor básico para fijar las posiciones de forma correcta. Por otro lado se pueden y deben quitar a la hora de comer. De este modo ni la dieta ni la higiene dental se ven afectadas durante el tratamiento.
Se entregan con una pequeña caja en la que se pueden guardar antes de cada comida. Además sirve como protector para que no sufran golpes o se deteriore la pieza. Tras cepillarnos los dientes podemos volver a colocarnos nuestros alineadores. Destacar que no es necesario retirarlos para beber, excepto si se toman bebidas calientes como el café o el té, que debido al calor pueden deteriorar el plástico.