El verano, la época más esperada del año para la gran mayoría implica sol, playa, piscina, vacaciones…. Pero también supone una época de riesgo para nuestra salud bucodental si la descuidamos en exceso. Un estudio reciente daba a conocer que los españoles tenemos malos hábitos de higiene dental cuando nos encontramos fuera de casa por trabajo, según los datos un 21% de españoles no se lava los dientes fuera del hogar. En verano, entre las vacaciones, la apertura de playas y piscinas y la multitud de actividades de ocio se dispara la cantidad de tiempo que pasamos fuera, por lo que el cuidado dental desciende. Hay que evitarlo.
La mejor forma de curar es la prevención, y aprovechando el parón laboral y escolar es el momento idóneo para hacerse un chequeo completo en el dentista y asegurarse de que todo está bien o, en caso requerido, solucionar inmediatamente problemas como caries, gingivitis… Además las altas temperaturas provocan que segreguemos menos saliva debido a la deshidratación, reduciendo así la protección contra las bacterias.
La estación veraniega también implica el aumento del consumo de bebidas extremadamente frías o helados para calmar las altas temperaturas. Hay que intentar no ingerir alimentos muy fríos que puedan dañar los dientes y encías. Otro factor a tener en cuenta es el azúcar, una gran mayoría de estos alimentos llevan cantidades excesivas de este elemento tan perjudicial, por lo que es conveniente vigilar la dieta en ese aspecto. Ojo también con las actividades de ocio al aire libre, los traumatismos en este periodo aumentan y la boca es la gran perjudicada. Precaución.
Pero no todo son riesgos para nuestra salud bucal en esta época, también tiene sus ventajas. Una de ellas el beneficio que ofrece el tomar el sol, ayuda a fijar mejor el calcio en los huesos (siempre con protección para la piel claro). También es temporada de multitud de frutas frescas como la sandía, que ayudan a limpiar los dientes así como a aportarles más nutrientes mientras sacian la sensación de sed o de calor.