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Cómo cuidar tu salud oral si estás enfermo

Llega la época de toses, estornudos, fiebre… en definitiva, llega el momento de mayor algidez de la gripe y los resfriados. Cuando enfermamos es vital cuidar de nuestro organismo para ayudar a que se reponga, y la boca es una parte importante del cuerpo la cual también hay que cuidarla más para ayudar a mejorar nuestra salud. La Asociación Dental Americana (ADA) recomienda seguir estas directrices sobre salud oral para cuando estemos enfermos:

Jarabes sin azúcar: la tos es uno de los síntomas comunes tanto del resfriado o la gripe, y uno de los más molestos. Si tomamos algún tipo de jarabe para aliviarla, debemos de fijarnos en que no lleve azúcar, que en la etiqueta suele aparecer como fructosa o como jarabe de maíz. En estos medicamentos es muy común su uso, pero también existen sin ella, y esos son los más recomendables para no perjudicar nuestra salud oral ya que tomaremos bastantes dosis en lo que dura la enfermedad.

Extremar la higiene: para evitar contagios se recomienda taparse la boca al toser o estornudar y lavarse las manos asiduamente. En cuanto a la higiene dental, nunca es recomendable, pero en estas ocasiones menos que nunca, compartir el cepillo de dientes o que entre en contacto con el cepillo de otra persona ya que según los informes el virus puede sobrevivir en medios húmedos hasta 72 horas. Sobre si tras el resfriado o la gripe es necesario cambiar el cepillo, la ADA explica que no es necesario cambiarlo salvo que el sistema inmunológico esté muy perjudicado. Salvo excepciones, las posibilidades de volverse a infectar son escasas.

Mantenerse hidratado: es importante hacerlo para evitar la boca seca y el riesgo de caries. Además los medicamentos para combatir los síntomas como la tos o la congestión pueden contribuir a la sequedad bucal, por lo que es importante beber agua y evitar los productos azucarados. Es aconsejable tomar caramelos o chicles sin azúcar que disminuyan el dolor de garganta y a su vez estimulan la salivación.

Enjuagarse con agua y bicarbonato: estas enfermedades pueden acarrear en ocasiones vómitos, algo muy nocivo para el esmalte de los dientes si no se toman precauciones. Al vomitar los ácidos del estómago llegan a los dientes, y si nos cepillamos inmediatamente después para aliviar ese “mal sabor de boca”, puede ser muy contraproducente porque estaremos esparciendo los ácidos por toda la superficie dental. En estos casos se recomienda enjuagarse con agua, con un enjuague dental diluido o con bicarbonato de sodio para ayudar a eliminar el ácido antes de cepillarse los dientes.

Elegir las bebidas adecuadas: las bebidas deportivas o isotónicas pueden ser recomendables para reponer electrolitos cuando estamos enfermos o convalecientes, pero no debemos abusar ni cogerlo como costumbre debido a su alto contenido en azúcar. Salvo excepciones, lo mejor para calmar la sed es el agua. En cuanto a bebidas calientes, muy apetecibles en esos días, se recomienda tomarlas sin azúcar y sin limón.