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Con la llegada del calor no olvides cuidar tus dientes

Con la llegada de la primavera los hábitos cambian. Tendemos a aprovechar el buen tiempo para salir a pasear, disfrutar del sol y, además, nuestra dieta habitual también suele cambiar. Cedemos ante algunos caprichos como por ejemplo los helados o tomarnos un tinto de verano en una terraza.

Abusar de ciertos productos, que se convierten en parte de la dieta habitual durante primera y verano, puede tener unas consecuencias fatales para nuestra salud bucodental.

Cuidado con el abuso de refrescos y helados

Tomar helados o refrescos son dos de los recursos más frecuentes para calmar el calor y refrescarnos. A pesar de que tomarlos de manera ocasional no tiene ningún peligro, no es recomendable que los helados o refrescos formen parte de nuestra dieta diaria.

No abuses de los helados
No abuses de los helados.

El helado tiene un alto porcentaje de azúcares, los principales causantes de las caries. Las bacterias presentes en la boca provocan que el azúcar se transforme en ácido. Estos atacan directamente a los dientes dañando la placa y causando las temidas caries. Estas pueden llegar a destruir el esmalte y, en casos muy graves, provocar la pérdida de piezas dentales. Aunque las caries puedan parecer una cosa de niños, los adultos también pueden verse afectados por ellas.

Las bebidas carbonatadas, como los refrescos, son otro de los grandes enemigos de tus dientes cuando comienza el calor. Estas, además de tener mucho azúcar añadido, pueden llegar a descalcificar el esmalte y provocar desgaste prematuro.

Otra de las bebidas que se consumen habitualmente durante esta época son los granizados. Estos suelen tener componentes ácidos, lo que favorece la erosión del esmalte dental.

Los refrescos pueden dañar el esmalte dental
Los refrescos pueden dañar el esmalte dental.

Los tres ejemplos anteriores, además, comparten un problema: su temperatura. Los cambios de temperatura bruscos, de bebidas calientes a frías, pueden hacer que los vasos sanguíneos del interior de la pulpa dental se inflamen y causen dolor.

Con la llegada del calor, además, aumenta el consumo de bebidas alcohólicas. Estas pueden provocar que los dientes se desgasten y desmineralicen por culpa de su acidez. También provocan que disminuya la producción de saliva, lo que favorece la sequedad bucal y que las mucosas queden desprotegidas, halitosis e incluso manchas en el esmalte.

¿Qué debes hacer?

La solución es muy simple. A pesar de la llegada de las altas temperaturas es muy importante que mantengas tu rutina de higiene bucodental y sigas cuidando tu alimentación. Además, es necesario aumentar el consumo de agua ya que uno de los grandes problemas asociados al aumento de las temperaturas es la deshidratación, que puede tener consecuencias fatales para tu salud bucodental y tu salud general.

No te olvides visitar a tu odontólogo para que haga un chequeo completo de la salud de tu boca. Esto te ayudará a descubrir si tienes cualquier tipo de patología bucodental y, lo más importante, le pondrá remedio antes de que te cause cualquier problema grave.