A medida que envejecemos hay que prestar más atención a nuestra salud oral. Al entrar en la tercera oral tendemos a pensar que muchas de las complicaciones son debido a los “achaques de la edad” y no les prestamos la suficiente atención. La pérdida de dientes es una de esas cosas que damos por “normal” en la gente de edad avanzada, pero investigaciones recientes han determinado que este problema podría influir en la longevidad de una persona.
Riesgo de contraer enfermedades graves
Según estos estudios, una persona que a los 65 años haya perdido 5 o más dientes tiene muchísimas más probabilidades de desarrollar patologías graves como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y osteoporosis. Padecer estas enfermedades puede suponer una reducción considerable de la esperanza y la calidad de vida, por lo que la pérdida de dientes puede considerarse un aviso de longevidad acortada.
Pero no hay que alarmarse en exceso, perder dientes puede deberse a múltiples factores como traumatismos, debido a la acción del tabaco, por una salud oral deficiente o por la enfermedad periodontal, siendo esta última grave ya que, además de poder perder piezas dentales, también aumenta el riesgo de enfermedades del corazón, diabetes y según estudios recientes, hasta alzhéimer.
Visitar al dentista regularmente
Las visitas al dentista deben ser habituales toda la vida, pero muy especialmente en la tercera edad para evitar problemas graves que puedan acortar la esperanza de vida. Será necesario un seguimiento más minucioso, ya que a estas edades es común tomar medicamentos que ocasionan sequedad bucal, lo que deja la boca más desprotegida frente al ataque de las bacterias. Según detalla la Fundación para la Salud Oral, quienes llegan a los 74 años con todos sus dientes tienen muchas más opciones de llegar a los 100.