A pesar de que es una fiesta anglosajona, el Halloween se ha ido asentando poco a poco en España. Cada vez es más frecuente ver a los niños disfrazados de terroríficos personajes y los supermercados se llenan de dulces con formas de fantasma o de dientes de vampiro con motivo de esta fecha.
Y, como no, los peques de la casa aprovechan la festividad para atiborrarse a chucherías y chocolatinas, en muchos casos sin la supervisión de sus padres. Este atracón de dulces no solo puede provocar la aparición de las temidas caries. Algunos tipos de chucherías pueden provocar que el esmalte se dañe afeando el aspecto de sus dientes.
¿Azúcar? El gran enemigo de los dientes
El azúcar es uno de los principales enemigos de los dientes y el gran amigo de las caries. La boca está llena de bacterias. Esto es normal ya que muchas de ellas nos benefician pero otras pueden ser muy perjudiciales. Esas bacterias precisamente son las que hacen que el azúcar se transforme en ácidos, los cuales pueden atacar el diente dañando la placa y produciendo caries. Y, como es lógico, a más azúcar, o dulces consumidos, más ácidos se producirán y más riesgo tendrán los peques de ver como sus dientes se deterioran.
Las caries pueden llegar a destruir el esmalte y hasta provocar que el diente se caiga, por ello es necesario supervisar a los niños mientras comen sus chucherías de Halloween para evitar que coman en exceso.
No hay que tener miedo al dentista
Si, por desgracia, el exceso de dulces ha provocado que los niños comiencen a tener molestias en sus dientes, es vital acudir cuanto antes al dentista para poner remedio y evitar males mayores.
A veces los peques tienen más miedo a visitar la consulta de su odontólogo que a los monstruos de la noche de Halloween. Es importante que los niños se familiaricen con su dentista para que descubran que no pasa nada por ir a la consulta y que no es un momento doloroso.
Las revisiones periódicas son indoloras y representan una buena oportunidad para que los niños conozcan a su dentista y se familiaricen con él. Tener confianza y cercanía con su doctor es vital para los pequeños ya que así serán capaces de evitar los nervios y el estrés que les supone a los niños acudir al medico.
Además, actualmente la evolución de la medicina ha permitido que la mayoría de los tratamientos odontológicos se lleven a cabo sin dolor ni molestias, lo que asegura que la visita de los niños al dentista no será una experiencia terrorífica.