Se ha comprobado que la salud oral y la salud general están íntimamente relacionadas, y descuidar la limpieza oral puede desembocar en diferentes afecciones. La pulmonía, según un estudio realizado en la Universidad de Yale (EEUU), estaría ligada a ello.
Los científicos encontraron en sus ensayos que las bacterias que habitan en la boca la más común entre los sujetos estudiados era la Streotococcaceae, pero al analizar más en profundidad a los sujetos que padecieron neumonía se encontró que este tipo de bacteria aumentaba notablemente días antes de la aparición de la infección respiratoria. Según los expertos este hallazgo puede convertirse en una vía de prevención de este tipo de afecciones.
Otras investigaciones también han unido las enfermedades respiratorias con las orales como la periodontitis, que según los datos obtenidos, los pacientes que padecen alguna de estas afecciones en la boca tienen entre un 25% y un 50% más de probabilidades de desarrollar neumonía, bronquitis o efisema. Al padecer estas enfermedades respiratorias se aspiran las bacterias por las vías inferiores, lo que según los expertos provoca que se generen reservorios de patógenos en la boca con especial riesgo de los pacientes que tengan una mala higiene bucal.
Las enfermedades respiratorias no son las únicas asociadas a una higiene oral incorrecta, estudios recientes han establecido la relación entre patologías graves como accidentes cardiovasculares (ictus) o el alzhéimer, entre otras. Por ello la importancia de tener unos buenos hábitos de limpieza no es solo para tener una boca y unos dientes limpios y sanos, sino que también es sumamente relevante para la salud en general.
Cómo mantener una higiene bucal adecuada
Como dice la popular frase, ‘mejor prevenir que curar’, por lo que para evitar en la medida de lo posible estas dolencias producidas por una higiene deficiente, es recomendable seguir estas pautas:
–Cepillarse los dientes todos los días al menos 3 veces al día y acompañar al cepillado de la seda dental para así limpiar todas las cavidades.
-Evitar el consumo excesivo de alimentos y bebidas azucaradas que favorecen la aparición de las caries.
-Mantener una dieta sana y equilibrada que incluya alimentos beneficiosos para nuestros dientes como son los lácteos (contienen calcio), las frutas y las verduras frescas, que nos mantienen hidratados y ayudan a limpiar los dientes.
– Evitar hábitos nocivos como el tabaco, que favorece la placa dental y afecta a los pulmones.
– Acudir con regularidad al dentista para que compruebe que no hay ningún problema, y si lo hubiese, tratarlo en la mayor brevedad para que no se agrave.