El eccema, también conocido como dermatitis, es una enfermedad cutánea que causa sequedad y picazón en la piel así como sarpullido. Existen varios tipos, siendo las más común la dermatitis atópica, muy habitual entre los bebés y los niños pero que también pueden sufrirla los adultos.
Una nueva investigación de la facultad de Odontología de la Universidad de Singapur ha revelado que los pequeños que sufren eccema tienen un riesgo de hasta tres veces mayor de sufrir caries cuando tengan 2 o 3 años de edad. En el estudio participaron mujeres embarazadas en su primer trimestre y tras el parto, cuando los bebés cumplieron 3, 6 y 12 meses de edad los padres se sometieron a una entrevista para determinar si los pequeños sufrían eccema. A los que se les diagnosticó eccema, se les sometió posteriormente a unas pruebas cutáneas para evaluar su sensibilidad hacia los alérgenos comunes.
Según revelaron los resultados de las diferentes pruebas, los niños que padecían eccema y eran sensibles a los alérgenos comunes tenían entre 3,29 y 3,09 más probabilidades de sufrir caries en el futuro en comparación con los pequeños que no padecían dicha enfermedad.
Según las declaraciones de Stephen Hsu, director del estudio, a ‘Dentristry Today‘, estos resultados “sirven de advertencia temprana” a los padres de este riesgo para anteponerse a él. Según explican los investigadores, los defectos en el desarrollo del tejido podrían estar detrás de este vínculo, por lo que ahora se encuentran realizando un análisis genético que permita confirmar de forma contundente esta teoría y que explique el por qué ocurre así como explorar otros vínculos entre defectos de la piel y otras enfermedades.
Cuidados orales en los bebés
Aunque todavía no les hayan salido los dientes, los más pequeños también necesitan una higiene oral diaria para evitar problemas futuros como las caries:
-Frotar una gasa humedecida en sus encías de forma suave para eliminar restos de alimentos y bacterias
-Cuando comiencen a salirle los dientes de leche, empezar con el cepillado y con una pasta fluorada.
-No probar la comida con la misma cuchara que luego damos al bebé, este gesto puede suponer la transmisión de nuestras bacterias orales al pequeño, lo que puede desembocar en caries. No hacer lo mismo con el biberón, chupete…etc
-Se recomienda NO meter los mordedores en el congelador, puede quemar sus encías, es mejor dejarlos en la nevera, el frescor mitigará un poco el dolor de los nuevos dientes sin dañar sus encías por el frío extremo.
-A los 6 meses, se recomienda llevarle a su primera consulta con el dentista para que compruebe el estado de su boca.