Hace pocos días salía a la luz un estudio de la Universidad de Georgia que manifestaba que los empastes típicos de amalgama, que contienen una mezcla de plata, cobre, estaño y mercurio, aumentaban los niveles de este último material en el organismo. Los empastes de amalgama se utilizan en la odontología desde hace más de 150 años por la fortaleza y durabilidad del material. Se sabe que el mercurio es uno de los materiales más tóxicos para cuerpo humano en dosis altas pudiendo causar daños cerebrales, accidentes cardiovasculares o daños en el sistema inmunitario entre otros.
El estudio de la Universidad de Georgia analizó los datos de 15.000 personas y se convirtió en establecer una relación entre los empastes y el riesgo de exposición prolongada al mercurio, y dado que los empastes se utilizan para sellar las caries dentales, el problema oral más común en todo el mundo, saltaron todas las alarmas. Las conclusiones de dicha investigación aseguraban que el nivel de peligrosidad aumentaba según el número de empastes que se tuviera, con tan solo 8 el riesgo de tener mercurio en la sangre aumentaba un 150% y según sus estadísticas una media del 25% de los estadounidenses tiene 11 o más empastes.
Los datos de dicho trabajo fueron alarmantes, pero, ¿hay peligro real? La Asociación Dental Americana (ADA por sus siglas en inglés) se ha apresurado a rebajar el nivel de alarma y asegura que no existe riesgo para la salud de las personas. Según explica, los niveles mencionados en el susodicho estudio no exceden los límites que causan problemas sanitarios según lo estipulado por la Agencia Nacional de Ciencias, por lo que la ADA insiste en que los empastes de amalgama siguen siendo un procedimiento seguro para tratar las caries.
En cuanto a los datos aportados por ese estudio, la ADA aclara que han investigado dos tipos de empastes distintos: el composiste, que no contiene mercurio, y la amalgama, que contiene además de mercurio plata, estaño y cobre. En este último, explica ADA, no se ha realizado distinción entre los diferentes materiales, por lo que los resultados no son concluyentes y pueden malinterpretarse.