1ª visita GRATUITA
917 81 00 81

Los mordedores para bebés contienen productos tóxicos

Generalmente los padres se empiezan a preocupar por los dientes de los bebés cuando empiezan a erupcionar y es entonces cuando deciden llevarles a su primera visita al dentista. Pero antes de que llegue este momento también hay que proporcionar al pequeño cuidados dentales como pasarle una gasa humedecida por las encías suavemente para ayudar a eliminar los restos de comida y bacterias y evitar así problemas en los futuros dientes. Pero hay otra cosa que hay que tener muy en cuenta: los mordedores para bebés. ¿Por qué?

Según un estudio realizado por la Sociedad Americana de Química a pesar de lo que ponga en las etiquetas, estos productos destinados a los bebés contienen (todos los analizados en esta investigación) contienen bisfenol-A (BPA) y otros disruptores endocrinos como los parabenos y los antibacterianos, que si superan ciertas cantidades pueden ser nocivos para la salud. Tanto EEUU como la Unión Europea prohibieron el uso de BPA en productos para niños como los biberones o tazas para bebés en el año 2011, pero sobre la cantidad de estos productos en los mordedores, poco se ha estudiado.

En la investigación analizaron 59 mordedores sólidos, de gel y de agua que se habían vendido en Estados Unidos y, según los resultados, en todos ellos se detectó la presencia del BPA pese a que en el etiquetado ponía todo lo contrario. En algunos además del BPA se comprobó la existencia de otro tipo de parabenos y de antibacterianos como el triclosan y el triclocarban.

Aunque las cantidades que se encontraron de estos materiales tóxicos estaban por debajo de los umbrales establecidos, los expertos señalaron que estos índices se elaboraron para los productos de forma individual, al tener más de uno, no se sabe exactamente cómo pueden influir en el organismo y si esas cantidades son dañinas o no.

¿Qué efectos tiene el BPA?

Cómo hemos explicado en un post anterior, el BPA interfiere con las hormonas responsables del crecimiento del esmalte de los dientes y aumenta el riesgo de padecer cáncer, defectos congénitos y altera el sistema reproductivo.