Los e-cigarrillos, vapeadores o cigarrilos electrónicos (e-cigarrillos) se han intentado instaurar como una ‘alternativa más sana’ al tabaco o para ayudar a dejar de fumar, pero no una, sino tres investigaciones recientes han determinado que estos dispositivos son muy perjudiciales con nuestra salud en general, y con nuestra salud oral en particular.
La primera investigación, realizada por miembros de la Universidad de Laval en Quebec, determinó que el vapor de estos dispositivos matan a las células epiteliales de la boca, que son las primeras líneas defensivas de la cavidad oral ante el ataque de los microbios. Para comprobar como afectaban estos vapores colocaron células epiteliales en una cámara con un compuesto similar a la saliva, y a continuación se les bombeó vapores que sueltan varios tipos de estos cigarrillos. Tras esperar un día, el número de células epiteliales muertas era del 18%, al segundo día aumentó al 40% y al tercer día lo hizo hasta llegar al 53% frente al 2% en los tejidos de control que no se expusieron a los vapores. El estudio deja bastante claro que los vapores de los cigarrillos electrónicos no llevan “solo agua”. La eliminación de estas células epiteliales deja las defensas de la boca mucho más vulnerable ante infecciones por bacterias u otros patógenos que habitan en nuestra boca.
El segundo estudio, hecho por la Universidad de Rochester, determinó que estos vapeadores electrónicos son prácticamente igual de nocivos para los dientes y las encías como lo son los cigarros tradicionales. Los investigadores de este trabajo observaron que cuando los vapores de estos se queman ocasiona que las células liberen proteínas inflamatorias que a su vez aumenta el estrés celular, lo que provoca daños e inflamación en el ADN que desencadenan enfermedades bucales. Advierten que la frecuencia y la cantidad que una persona fume este tipo de cigarrillos determinará el nivel de daño a sus tejidos orales.
Por último pero no menos importante, la tercera investigación realizada en el Instituto de Investigación (DRI) reveló que los vapores que liberan los cigarrillos contienen niveles peligrosamente elevados de compuestos muy nocivos causantes de cáncer. Estas sustancias tóxicas, como el formaldehído, entre otros, se encontraron en todos los experimentos realizados por encima de los niveles establecidos en la Conferencia Americana de Higienistas sobre la exposición a sustancias químicas peligrosas.