En la actualidad se consume una gran cantidad de alimentos envasados, y para que su duración sea mayor se utilizan varios elementos químicos en su envoltura como el bisfenol A (BPA), que se usa en la mayoría de coberturas plásticas o el vinclozolín, que actúa como fungicida. Un estudio reciente del Instituto francés de Salud e Investigación ha analizado como interfieren estos componentes en la salud dental de los más pequeños, y los resultados no son nada satisfactorios.
La investigación, llevada a cabo en ratones, muestra que estos dos compuestos interfieren en las hormonas responsables del crecimiento del esmalte dental. Estudios anteriores ya han relatado que tanto el BPA como el Vincozolín eran aumentaban el riesgo de padecer cáncer, problemas reproductivos o defectos congénitos en los mamíferos, pero en este último estudio se pone el foco en averiguar cómo interfiere.
Partiendo de la base de otras investigaciones de que un 18% de niños sufrían el síndrome de Hipomineralización Incisivo-Molar (una deficiencia del esmalte dental), los autores del reciente estudio expusieron a los ratones a estos dos elementos para determinar cómo y por qué afectaban a las células. Los resultados mostraron que estos dos componentes alteraron la expresión de dos genes (KLK4 y SLC5A8), vinculados en la creación del esmalte dental.
Así mismo, en el cultivo de las células encargadas de proporcionar el esmalte durante el desarrollo, encontraron hormonas sexuales, que incrementan la expresión de estos genes. La conclusión de los expertos es que, sabida la injerencia del BPA y del vinclozolín sobre las hormonas sexuales, inhiben el efecto de estas hormonas sobre los genes, por lo que una sobreexposición a ellos explicaría el síndrome de Hipomineralización Incisivo-molar, que es irreversible y causa estragos en los dientes de los pequeños como que se tornen amarillentos, padezcan sensibilidad o caries, entre otros.
