Como dice la cita latina Mens sana in corpore sano. El ejercicio es algo básico para llevar una vida saludable y conseguir así evitar numerosas enfermedades. Uno de los ejercicios más completos es la natación, que no solo te ayudará a estar en forma también si, por ejemplo, tienes dolores de espalda, te permitirá reducir las molestias.
A pesar de estos beneficios pasar mucho tiempo en la piscina puede ser perjudicial para tu salud dental. Esta problemática puede afectar, sobre todo, a los deportistas de élite que pasan jornadas maratonianas sumergidos sufriendo los efectos del cloro.
Sarro del nadador
Es precisamente este componente, utilizado para mantener el pH del agua y la piscina libre de bacterias y microorganismos, el responsable de salir de la piscina con los ojos enrojecidos o el pelo reseco. A estos efectos dañinos debemos sumar también los daños que provoca en los dientes, en concreto, en el esmalte dental.
Como se explica en un estudio publicado por la revista de la Asociación dental americana, las personas que entrenan más de seis horas a la semana en la piscina pueden llegar a sufrir el llamado “sarro del nadador”, una patología que provoca que aparezcan manchas marrones o amarillentas en sus dientes. Además, pueden tener una mayor probabilidad de sufrir periodontitis y gingivitis.
Esta enfermedad propia de los nadadores es provocada precisamente por el pH presente en el agua de la piscina. Mientras que el pH de la saliva está, normalmente, entre 6,5 y 7, el cloro provoca que el pH del agua esté entre el 7,2 y 7,6. Esto hace que las proteínas de la saliva se descompongan muy rápido y se creen depósitos en los dientes del deportista. Las bacterias se adhieren a esos depósitos más fácilmente, formando así la placa bacteriana y el sarro, que es esa misma placa bacteriana mineralizada por culpa del aumento del pH.
Un problema que tiene solución
Como es lógico, los hábitos de entrenamiento de un nadador o nadadora de élite no pueden modificarse. A pesar de ello, es recomendable extremar la limpieza dental para evitar la aparición de patologías como la gingivitis, la periodontitis o las antiestéticas manchas. Si estas ya han aparecido, no te preocupes. Se pueden eliminar visitando la consulta de tu odontólogo. Tu dentista valorará tu problema y aplicará el tratamiento más adecuado para que vuelvas a lucir una sonrisa impoluta.
Además, si vas a comenzar un entrenamiento intenso, es recomendable que visites a tu dentista para hacer una revisión completa del estado de tu boca. De esta manera sabrás si sufres algún problema que puede llegar a agravarse al contacto con el agua de la piscina.