Uno de los vicios más perjudiciales para la salud es el tabaco. Además de ser una de las causas de numerosas enfermedades puede perjudicar de manera grave tu salud bucodental, provocando diversas patologías orales que pueden llevarte incluso a perder piezas dentales.
Pero no solo afecta a tu salud. El tabaco también puede llegar a perjudicar tus relaciones sociales. Cuando una persona fuma el olor de los cigarrillos se queda en la boca haciendo que esta huela mal, un hecho que puede incomodar a las personas que están a tu alrededor.
El tabaco altera la flora bacteriana oral
Los fumadores, acostumbrados al olor del tabaco, no son capaces de detectar el olor que desprende su boca debido a que sus mucosas están acostumbradas a él. Esto provoca que, en muchos casos, no pongan remedio para evitar ese desagradable aroma.
Pero, ¿sabes a qué se debe la halitosis provocada por el tabaco? Cuando una persona fuma se altera la flora bacteriana de la mucosa oral. Además, también provoca que se produzca menos saliva, es decir, xerostomía. La saliva ayuda a mantener el equilibrio de las bacterias presentes en la boca y al tener menos cantidad la protección se reduce. Este hecho hace que saliva no limpie completamente la zona lo que permite actuar a las bacterias saprófitas, unos microorganismos que se alimentan de los restos de comida.
Si tenemos restos de comida, sangre, o pequeñas escamas de piel entre los dientes este tipo de bacterias provocará su descomposición generando un compuesto derivado del azufre llamado mercaptano de metilo que, como habréis adivinado, huele muy mal.
¿Qué hacer para evitarlo?
Lo recomendable sería dejar de fumar. El tabaco reduce la capacidad inmunitaria lo que hace que los fumadores se vuelvan más sensibles ante cualquier infección que pueda afectar a la mucosa oral, como la gingivitis o la periodontitis, en incluso tener un mayor riesgo de sufrir caries.
Si dejar de fumar no es una opción, es muy importante mantener una correcta higiene bucodental. No olvides cepillar tus dientes después de cada comida para evitar que queden restos de alimento en tu boca. Además, bebe agua de manera habitual para evitar la sequedad bucal. Otro buen recurso son los chicles. Además de mejorar tu aliento también favorecerán la producción de saliva, lo que ayudará a eliminar las bacterias que provocan la halitosis.