Poco a poco la sociedad va tomando conciencia de la importancia de la salud oral sobre la salud en general gracias a los diversos estudios que van mostrando la influencia de enfermedades orales, como la periodontitis por ejemplo, sobre otros aspectos del organismo. Un estudio reciente de la compañía Interleukin Genetics Inc en colaboración con la Universidad de Boston ha analizado la relación que existe entre la obesidad y el grado de periodontitis.
Según este trabajo los efectos de esta enfermedad sobre la progresión de la periodontitis estaban directamente ligados con las variaciones genéticas de la IL-1. La IL-1, o lo que es lo mismo, la Interleucina 1, es una citocina producida principalmente por macrófagos activados. Cuando en el organismo ocurre algún tipo de infección o sufrimos alguna lesión o estrés se producen grandes cantidades de esta citocina, un factor clave en la respuesta inflamatoria del organismo.
El trabajo analizó a 292 hombres de entre 29 y 64 años de edad para observar si la IL-1 y las variantes genéticas que afectan al grado de incidencia de la enfermedad periodontal se relacionan de alguna forma con la obesidad. Para llevar a cabo este análisis recopilaron muestras de ADN de los sujetos de estudio y sus datos dentales (presencia de periodontitis, tabaquismo…) y antropométricos como el índice de masa corporal o la relación entre la circunferencia de la cintura y la altura, entre otros, mediante exámenes cada 3 años.
Los resultados mostraron relaciones muy significativas entre las variaciones de la IL-1 y las características relacionadas con la obesidad. Según observaron, los hombres que presentaban signos de obesidad y tenían IL-1 positiva para cualquiera de sus genotipos tuvieron una probabilidad de desarrollar la progresión de la periodontitis del 70% frente a los sujetos que no presentaban estos factores de riesgo.
La anorexia y la bulimia también repercuten
No solo la obesidad perjudica a la salud dental, enfermedades alimenticias como la anorexia o la bulimia también son muy perjudiciales. En este caso, dichas enfermedades provocan que el organismo no cuente con los nutrientes necesarios, de forma que los dientes y los huesos de la mandíbula se vuelven más vulnerables a sufrir problemas.
También es muy común que las personas que las sufren vomiten en exceso para intentar eliminar los alimentos ingeridos para evitar engordar, y al hacerlo se incrementan los ácidos estomacales que dañan el esmalte dental. Al erosionar el esmalte se deja al diente más expuesto y se sufre un mayor riesgo de sufrir caries, gingivitis y periodontitis.