Se conoce como bruxismo al hábito involuntario de rechinar o apretar demasiado los dientes, que generalmente sucede durante la noche mientras se duerme impidiendo así un correcto descanso y merma la calidad del sueño. Según los datos alrededor del 20% de la población sufre bruxismo, y aunque las causas no son del todo claras, las más comunes suelen ser bien por el estrés o por una maloclusión. ¿Cómo saber si sufro bruxismo? Estos son los síntomas más característicos:
-Desgaste excesivo del esmalte dental, lo que en consecuencia aumenta la sensibilidad dental
-Si es muy severo, el bruxismo puede provocar dientes astillados o demasiado aplanados
-Rechinar hasta el punto de despertar a tu pareja
–Dolor facial y de cabeza habitualmente
-Dolor intenso en los músculos de la mandíbula
-Huesos de la mandíbula doloridos, ‘chasquean’ de vez en cuando
–Problemas en la articulación temporomandibular (ATM)
Un problema que tiene solución
Si crees que sufres bruxismo, lo primero que hay que hacer es acudir al odontólogo para que lo confirme y evalúe los posibles daños. Aunque siempre se suele asociar al estrés, como explica el doctor Iván Malagón, una de las causas más habituales es la maloclusión dental, es decir, la incorrecta posición de los dientes y la mala estabilidad de la mordida en consecuencia. Esta mala posición impide un buen funcionamiento de la mandíbula tanto al abrir como al cerrar ocasionando problemas como esta patología. El estrés diario también influye mucho en esto, pero generalmente, según el doctor, siempre suele haber un problema de maloclusión detrás.
¿Solución? La ortodoncia. Al alinear los dientes correctamente se consigue mejorar la estabilidad de la mordida y al hacerlo, durante la fase de sueño, la estabilidad oclusal será la adecuada y no se rechinarán los dientes como método involuntario del organismo para encontrar esa “postura” correcta de la boca. Si se sufre estrés también es necesario tratarlo para reducir este problema.
Bruxismo infantil
Existe una rama de esta patología que afecta a los niños denominada bruxismo infantil que ocurre entre los 6 y los 10 años, coincidiendo con la etapa de caída de los dientes de leche y la erupción de la dentición definitiva. Es habitual que durante este proceso los pequeños rechinen y aprieten algo los dientes, además también les están creciendo los músculos y huesos de la cara y puede ser una forma de estimularlo. No hay que alarmarse demasiado, en general suele ser un bruxismo pasajero que cesa al tener la dentición definitiva completa, pero aun así se recomienda llevarles al dentista para que compruebe que no aprietan en exceso y desgasten demasiado los dientes. Si notamos que no cesa al tener los dientes adultos, también es necesario que visite de nuevo al especialista para que analice la situación.