Según muestran los estudios y encuestas más recientes la preocupación por nuestra salud oral va aumentando hasta el punto de que queremos visitar más a nuestro dentista. Este comportamiento no se da solo en los adultos, otros informes también muestran como los niños cada vez mejoran más sus hábitos de higiene oral y El mercado de la salud buco-dental está en pleno auge según desvelan los estudios de mercado. Ahora que estamos más concienciados… ¿qué tratamientos anuales deberíamos hacernos?
–Limpieza: aunque lleves una higiene dental exquisita, siempre existe algún recoveco de la boca al que no se llega, o no del todo, tanto con el cepillo de dientes como con la seda dental y con el tiempo se va acumulando sarro. Con la limpieza profesional la boca queda totalmente libre de placa, sarro y las pequeñas manchas superficiales que aparecen en los dientes y los afean. ¿En qué consiste? Se trata de un tratamiento muy sencillo, de corta duración y prácticamente indoloro. Tras una primera revisión general para que el odontólogo descarte otras afecciones, comienza la limpieza. Mediante aire comprimido o ultrasonidos el odontólogo va eliminando el sarro situado en las encías y en los depósitos subgingivales que no se aprecian a simple vista. Por último se realiza un pulido de la superficie dental para dejar los dientes limpios y lisos.
–Fluorización: se trata de aplicar flúor sobre los dientes para hacer más resistente al esmalte y prevenir así la aparición de caries. Como explicábamos en un post anterior, el flúor es un elemento de la naturaleza muy beneficioso que se adhiere a los dientes y remineraliza el esmalte otorgando así una mayor protección frente al ataque de las bacterias. Además de los enjuagues bucales o dentífricos con flúor, en la consulta del dentista nos aplican otra fórmula. Consiste en morder un contenedor que se ajusta a la dentadura durante unos 4 minutos. Después de la aplicación no se puede comer ni beber durante media hora y en las siguientes 24 horas no hay que tomar lácteos.
–Revisión general: es fundamental acudir como mínimo una vez al año para una revisión completa con nuestro dentista y asegurarse de que no hay ningún problema. Mucha gente solo acude al dentista si tiene alguna molestia, y lo ideal es acudir siempre por lo menos una vez de forma anual para anticiparse a posibles problemas.