El cáncer colorrectal es la tercera causa de muerte por cáncer en los Estados Unidos según los datos que ofrece el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Este tipo de cáncer surge en el recto o en el colon comenzando con un crecimiento del revestimiento interno del colon o del recto que se denomina como pólipo. Estos pólipos pueden, o no, convertirse en cáncer con el paso de los años, depende del tipo de pólipo que se produzca.
Aunque las causas de aparición de este y de otros tipos de cáncer no están muy especificadas y hay muchos factores que pueden propiciar su aparición, una nueva investigación llevada a cabo por la unidad de salud pública de la Universidad de Harvard y la Esuela de Medicina Dental de la universidad hebrea Hadassah ha vinculado un tipo de bacterias que habitan en nuestra boca con el cáncer colorrectal.
Se trata de las conocidas como fusobacterias, unos microorganismos que habitualmente se encuentran en la cavidad bucal y que utilizan una proteína de adhesión del azúcar para unirse y desarrollar así los pólipos que posteriormente se convierten en cáncer. Según los investigadores, si se logra comprender el funcionamiento de este mecanismo de unión, sería factible desarrollar la manera de bloquear a estas fusobacterias en los tumores. También sugieren que los fármacos destinados a inhibir este mecanismo de unión podrían ser una herramienta de prevención contra la proliferación de la acción de dichas bacterias.
Bacterias orales implicadas en más enfermedades
A lo largo de estos últimos años la salud oral ha ido adquiriendo mucha importancia debido a los diversos estudios que han vinculado que una mala calidad de esta está muy asociada con enfermedades graves como el alzhéimer, el cáncer de cuello y cabeza, el cáncer oral, infecciones…. Y muchas otras patologías más. Tener una boca limpia y sana ya no es solo una mera cuestión estética, sino que se trata de un tema de salud.
Para disponer de una salud bucal adecuada es imprescindible llevar una higiene oral adecuada, que se consigue con una limpieza diaria cepillándose los dientes después de las comidas, utilizar el hilo dental al menos una vez al día, evitar alimentos y bebidas demasiado azucaradas e ingerir alimentos que nos aporten los nutrientes necesarios para fortalecer la dentadura. Sin olvidarse por supuesto de acudir al dentista regularmente para que compruebe que no hay ningún problema.
