Una buena alimentación es fundamental no solo para nutrir correctamente organismo, sino para tener también una salud buco-dental adecuada. Nuestra boca, además de necesitar una higiene diaria muy minuciosa necesita un aporte de nutrientes y vitaminas para mantener sanos todos sus tejidos: dientes, encías, hueso… de lo contrario, aparecen enfermedades orales. Los alimentos indispensables para llevar una dieta sana y equilibrada son de sobra conocidos, pero lo que no es tan popular son las consecuencias que supone el exceso de ciertos productos considerados saludables. Sí son saludables, en dosis moderadas, pero si nos excedemos, afectan a nuestra salud oral:
Zumos de frutas: la fruta fresca es indispensable en una dieta saludable, aportan multitud de vitaminas y muchas de ellas, como las manzanas o las fresas entre otras, ayudan a tener la boca limpia. Se podría desprender que si la fruta es saludable, los zumos de fruta fresca también, y sí que lo son, pero sin excederse. Al exprimir las frutas se pierden sus vitaminas liposolubles, gran parte del contenido de fibra y se consume más azúcar. Si los consumimos habitualmente como sustitutos ‘saludables’ a tomar una pieza de fruta sólida, tomaremos demasiada azúcar, lo que repercutirá en la salud de nuestros dientes y encías aumentando el riesgo de caries.
Alcohol, incluido el vino: los alcoholes tienen un ph muy ácido (menor de 4,5) que perjudica bastante a los dientes y encías. Debido a esta acidez, desgastan el esmalte y resecan la boca, lo que favorece a que las bacterias responsables de las caries se multipliquen. En cuanto al vino, parece ser una excepción, y es que existen numerosos estudios que confirman sus múltiples propiedades beneficiosas anti-colesterol, anti-cáncer y también como protector ante las caries gracias a los polifenoles que inhiben el crecimiento de las bacterias responsables. Pero por otro lado también existen estudios que afirman que esa “copia de vino” al día triplica el riesgo de contraer un cáncer orofaríngeo. ¿La mejor opción? No abusar.
Conservas: los encurtidos en aceite o vinagre son uno de los aperitivos clásicos, y además perduran mucho. Pero este nivel de acidez y sal que potencian tanto su sabor, también es altamente corrosivo para nuestros dientes. Hay que tener cuidado con no tomarlos muy habitualmente para no desgastar el esmalte en exceso y dejar a los dientes y encías vulnerables.
Fibra: es un elemento indispensable en una dieta sana y equilibrada que normalmente ingerimos con los cereales integrales. Mantiene la flora intestinal y evita que se formen pliegues en el intestino. Pero como en todo, hay que tener cuidado de no pasarnos. Si se consuma una cantidad excesiva de fibra, en especial en aquellos productos que se enriquecen de manera industrial, se pueden producir bloqueos en la absorción del calcio, un elemento que recordamos es fundamental para unos huesos y dientes fuertes. Estamos hablando de grandes cantidades de fibra, no del consumo habitual normal, pero hay que tenerlo en cuenta.