El SIDA (Síndrome de la inmunodeficiencia adquitida) es una patología que ocasiona el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana). Se trata de un virus que ataca a unas células del sistema inmune del organismo conocidas como células T (células CD4), que son una pieza clave en el sistema de defensa que tiene nuestro cuerpo para combatir las infecciones. El VIH las destruye y ocasiona así que cualquier infección, por ínfima que sea como la que puede producir un catarro, pueda llegar a ser moral. En definitiva, si no se trata, deja al cuerpo sin defensa alguna y las infecciones acaban por ganar la batalla.
Cómo afecta a la salud bucodental
En la boca el sida afecta a los tejidos blandos: las encías, el paladar, los labios, las mejillas, la lengua…a los dientes de manera directa no les afecta, pero todos los tejidos de alrededor sí les influye. Dado que el virus ocasiona tener menos defensas, cualquier llaga, herida o infección en la boca se incrementa muchísimo, empezando por las enfermedades periodontales como son la gingivitis y la periodontitis. La destrucción de los tejidos de soporte de los dientes (las encías y el hueso alveolar) es más rápida y agresiva en las personas que lo padecen ya que sus defensas no pueden combatir las infecciones, de modo que al final se pueden acabar perdiendo los dientes.
Otra afección de la boca muy común que sufren los afectados por el sida es la sequedad bucal debido a ciertos medicamentos que se deben tomar para frenar la acción del virus, los retrovirales. Este tipo de fármacos reseca mucho la boca, esa sequedad provoca que, al no haber salivación suficiente, se dejan más desprotegidos a los dientes y encías frente a las bacterias y aumenten las caries.
Las aftas, los herpes que suelen aparecer, la agresividad de las enfermedades periodontales o las úlceras, entre otros muchos síntomas, puede resultar muy doloroso para el paciente hasta tal punto que tenga problemas para masticar o tragar y derive en problemas de desnutrición e incluso impedir tomar los medicamentos necesarios.
Si la enfermedad está en un estado muy avanzado es común padecer el sarcoma de Kaposi, un tipo de cáncer que genera el desarrollo de tumores malignos en diferentes partes del cuerpo y afecte a la piel, las mucosas de la boca, la garganta…etc
El dentista, una ayuda fundamental
Cuando una persona tiene VIH es fundamental que acuda regularmente al dentista para que el especialista le administre los tratamientos necesarios para tratar todos estos problemas bucales. No existe una cura por el momento, pero el dentista puede ayudar a paliar estas dolencias orales, minimizar los daños al máximo y conseguir que no se reduzca la calidad de vida.
El sida se contagia de persona a persona mediante el intercambio de fluidos, ya sea por contacto sanguíneo (transfusiones, agujas o utensilios infectados…) o bien por transmisión sexual. También es posible contagiarlo de madre a hijo durante la gestación, en el momento del parto e incluso en la lactancia.
Prevención
Pese a que no existe cura, si se puede prevenir. Para no contagiarse mediante una transmisión sexual se recomienda siempre utilizar métodos de protección como el preservativo, en el caso de consumir drogas, no compartir jeringuillas ni otros utensilios. A la hora de perforar la piel con tatuajes o piercings, asegurarse siempre de que el material ha sido totalmente esterilizado. No compartir cuchillas o cepillos de dientes aunque sea entre familiares o amigos, y en caso de embarazo, si se sabe que la madre padece la enfermedad acudir al médico, existen antirretrovirales que posibilitan tener un embarazo y un parte seguro para que el bebé no se contagie.