¡Tienes una sonrisa Profident!, esa famosa frase salida de los anuncios publicitarios de la marca de dentífrico Profident, se convirtió durante muchos años en un “piropo” hacía los dientes de una persona.
Consistía en tener unos dientes bien alineados y sobre todo, unos dientes blancos. En la sociedad en la que nos encontramos, tener unos dientes blancos es síntoma de una buena salud dental y de una preocupación por la estética. Pero tan importante ha llegado ser el color de los dientes, que a veces ese “blanco nuclear”, resulta artificial y hasta poco atractivo. ¿Dónde queda el límite de un blanco natural de dientes? ¿Cómo se ha evolucionado de la sonrisa Profident a la “sonrisa blanco nuclear”?
Existen diferentes tratamientos para blanquear los dientes, pero siempre es conveniente consultar con un profesional y dejarte aconsejar, ya que un mal uso puede estropear el esmalte de tus dientes. Los productos utilizados por los profesionales sanitarios te permitirán conseguir una sonrisa más blanca sin riesgos.
Para conseguir unos dientes blancos puedes someterte, por ejemplo, a un blanqueamiento ambulatorio en tu propia casa utilizando una férula hecha a medida siguiendo los parámetros establecidos por tu dentista. Si tus dientes se han oscurecido por un traumatismo, lo más recomendable será someterte a un blanqueamiento interno. Y si quieres un blanqueamiento rápido tu tratamiento es el blanqueamiento con luz led, con el que puedes conseguir aclarar el color de tus dientes hasta 10 tonos.
Por último, recordar que el tabaco, el café o el exceso de dulce no ayudan a conseguir unos bonitos dientes.