Lo primero de todo es definir qué se entiende por las muelas del juicio asintomáticas. Los terceros molares, más conocidos como muelas del juicio, suelen aparecer entre los 17 y los 26 años de edad, aunque a alrededor de un 35% de las personas no se les llegan a formar. En las personas que sí lo tienen, se trata del último diente en erupcionar situado al final de la arcada dental.
Este diente, conocido también como cordal, ya no tiene funcionalidad alguna. Su origen data de cuando los homínidos tenían la mandíbula más larga y con ellos se bastaban para masticar el alimento necesario, pero a medida que la especia fue evolucionando, las mandíbulas se hicieron más pequeñas aunque estas muelas no dejaron de salir. Pueden salir las 4 muelas o no, depende de cada persona.
Cuando estos terceros molares se disponen a erupcionar pueden causar ciertos problemas, especialmente si no disponen de espacio suficiente para erupcionar, de modo que pueden quedar incluidos dentro del hueso maxilar y a veces lo que hace es que impacta con las raíces de los demás dientes, lo que puede dañarles seriamente. Cuando estos supuestos ocurren, se recomienda su extracción para evitar problemas mayores.
Pero a veces también ocurre que sí aparecen las muelas del juicio y disponen del espacio suficiente para erupcionar sin problema alguno, lo que se conoce como muelas del juicio asintomáticas, entonces, ¿es necesaria su extracción? Según un equipo de investigadores de la Universidad Radboud de Holanda no existe suficiente evidencia científica para demostrar que la extracción de los terceros molares asintomáticos (no provocan dolor ni otras dolencias) otorgue un beneficio según declararon a Cochrane Database of Systematic Reviews.
Según informan, al buscar estudios o trabajos que analizaran los supuestos beneficios de la extracción preventiva de estos dientes solo se encontraron con dos estudios, uno en Estados Unidos, donde es muy común esta práctica, y otro en Reino Unido, dónde se recomienda no extraer los terceros molares si no existe problema alguno para el paciente.
Riesgos
Cuando se realiza la cirugía de extracción de las muelas del juicio los problemas derivados más comunes son la inflamación de la cavidad dental, infección y la lesión temporal del nervio que provoca sensación de deterioro en labios y barbilla. Otros posibles problemas son hemorragias, tumores o daño a otros nervios, parámetros que según estos expertos no se han medido en ninguno de los estudios analizados además del coste que supone dicha operación.
También reflejan que en la edad adulta los problemas que ocasiona la cirugía de las muelas del juicio son de mayor gravedad que en la juventud, pero no por ello debería recomendarse siempre la extracción preventiva y reclaman más información por parte de los dentistas y cirujanos de las posibles complicaciones ya que la evidencia científica sobre los beneficios de extraerlas para prevenir es muy pobre. Recomiendan tratar cada caso de forma individual.