Estas frutas, además de ser buenísimas, tienen gran cantidad de beneficios para la salud, especialmente para la salud bucodental.
Las fresas contienen xilitol, un polialcohol que ataca directamente a las bacterias que se encuentran en la boca y que son las causantes, por ejemplo, de la placa dental. Además, también evita la desmineralización de los dientes e incluso ayuda a que estos se remineralicen. Esta se produce cuando, al disminuir el pH de la boca este se desgasta. Ese desgaste provoca que nuestros dientes sean más propensos a tener caries.
Las fresas no blanquean los dientes
Precisamente ese poder remineralizador ha llevado a pensar que las fresas blanquean los dientes. Esto no es del todo cierto. Al comer fresas el esmalte se refuerza gracias al xilitol y, como consecuencia de ello, la dentadura se ve más limpia. A pesar de ello no tienen un efecto blanqueante como tal. El xilitol también estimula la circulación sanguínea de las encías. Esto mejora el aspecto de la dentadura que se ve más sana y vital.
Además de sus beneficios bucodentales, las fresas tienen muchas propiedades que favorecen a la salud en general. Estas frutas tienen un alto contenido en vitaminas A, E y C, lo que les confiere un gran poder antioxidante. Además, también aportan potasio, fibra y ácido fólico a la dieta, muy necesario en la dieta de las embarazadas. A todo ello debemos sumar su efecto diurético, debido a su alto contenido en agua, y su bajo índice glucémico, lo que las convierte en una fruta ideal para las personas diabéticas.
Las fresas son unas frutas muy versátiles a nivel gastronómico lo que hace que puedan formar parte de infinidad de platos, no solo dulces. Así, podrás incorporarlas, por ejemplo, a tus ensaladas, preparar ricos postres con ellas o batidos, mezcladas con otras frutas, para comenzar tu día con energía o que los niños de la casa tomen una merienda muy saludable.