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La búsqueda de la suerte

Dados

Año 1990. Tienes ante ti el cromo que te faltaba para completar el álbum de la Liga y lo miras con admiración durante minutos, hasta que llega tu amigo y te dice «¡qué suerte tienes siempre, te sale justo el que querías…!» y tú piensas en las tres pagas de las tres últimas semanas que has empleado en conseguir ese cromo…

Año 1992. Viajas a Londres para seguir aprendiendo inglés, vuelves un septiembre con las cosas muy claras, a pesar de tener 14 años y que no te han dejado ni tomar una pinta de cerveza, sabes que tienes que estudiar mucho para conseguir tus objetivos, 4 años después logras una buena media para acceder a la Universidad que habías soñado y escuchas a tu vecina del tercero, cuyo hijo iba contigo a clase, «vaya suerte has tenido, ¿eh?»…

Año 2001. Has terminado la carrera. Te cruzas con uno de tus profesores y te dice: «Has terminado en mal momento…que sepas que el mercado no es como antes…los de tu generación lo tenéis complicado…». Diez años después te lo vuelves a cruzar por un pasillo de la facultad y te dice que has tenido suerte…

Cartas

La SUERTE está en el cuidado de los detalles. Hacer una llamada telefónica en el momento preciso; interesarse por una cuestión concreta cuando los competidores dormían la siesta; ser infatigable hasta conseguir la precisión en lo grande y, por supuesto, en lo ínfimo; saber cuándo el dormir era un descanso y cuándo se convertía en un freno… aquellos mil mínimos detalles que tensan las neuronas y la acción para ofrecer mas que los demás, los entendí como determinantes para conseguir eso que algunos simplifican como «tener suerte».

El AZAR es la conexión inesperada. Y toda conexión provoca sucesos y circunstancias que, a su vez, conectadas con las nuestras abren nuevos espacios, posibilidades, conflictos u oportunidades.
Esta misma tarde, después de hablar con un «amigo» durante mis 10 preciados minutos de sobremesa, he tenido que escuchar de su boca: «qué suerte has tenido», a lo que me he quedado con ganas de contestar después de una breve pausa: «para tener suerte hay que estar constantemente atento y vigilante a esa conexión virtual. Nadie me lo ha puesto en bandeja».