Es sabido que el flúor es un elemento imprescindible para mantener una buena salud oral ya que nos ayuda a prevenir las caries. Se adhiere a la superficie dental y endurece el esmalte volviéndole así más resistente al ataque de las bacterias. Pero también puede ser un elemento perjudicial si tomamos dosis elevadas en la etapa en la que se está formando el diente, antes de erupcionar. Cuando esto ocurre se denomina fluorosis dental, unas anomalías en la superficie esmaltada de los dientes.
Estas alteraciones pueden ser leves, moderadas y graves. En las leves y moderadas se observa el esmalte con manchas blancas difíciles de ver, y en las situaciones calificadas como graves el esmalte es más quebradizo y muestra manchas marrones.
Causa
Como hemos mencionado, la fluorosis se debe a un consumo excesivo de fluoruro antes de la erupción del diente. El agua en muchas zonas es fluorada, las pastas de dientes infantiles también pueden tener fluoruro, algunos alimentos como el pescado… En sí este componente no es malo, pero no hay que abusar. Las pastas de dientes infantiles fluoradas tampoco son perjudiciales en sí mismas, pero cuando los niños comienzan a lavarse los dientes solos y no tienen dominada la técnica, es muy probable que ingieran el dentífrico o se echen más de la cuenta, por ello es muy importante su supervisión en los primeros años.
Para prevenir esto, en Europa están prohibidos los dentífricos que contengan más de 1500 ppm de fluoruro y los que llegan a 1.000 deben de ser exclusivos para adultos además de ir bien indicado en la etiqueta.
*En ocasiones las manchas marrones en el esmalte se pueden deber a una celiaquía no diagnosticada y por tanto no tratada. Los celíacos no siempre manifiestan síntomas estomacales claros, en ocasiones presentan cuadros asíntomáticos y es en los dientes donde se manifiesta.
Tratamiento
Las soluciones más comunes son un blanqueamiento, siempre por parte de un profesional, o unas carillas estéticas que devuelvan el color natural a los dientes afectados.