Acudir al dentista suele causar un miedo exagerado, pero incluir esta visita dentro de los chequeos habituales sanitarios es importante tanto para la salud oral como para la salud en general. Hay multitud de estudios que vinculan la mala salud bucal con la predisposición a desarrollar otras enfermedades como el alzhéimer o diferentes tipos de cáncer, por ello es imprescindible quitarse esos miedos y acudir con asiduidad, especialmente si se presenta alguno de estos síntomas:
–Sensibilidad al frío o al calor: Puede deberse a diversos factores, como cambios bruscos de temperatura (alimentos muy fríos por ejemplo) que hacen que se inflamen los vasos del interior de la pulpa, lo que se conoce como hiperemia pulpar, que produce dolor. La mala higiene también puede ocasionar sensibilidad, los alimentos o bebidas muy azucaradas desgastan el esmalte dental dejando la dentina expuesta o provocando caries.
–Encías inflamadas o sangrantes durante el cepillado: puede ser un primer síntoma de la gingivitis, una enfermedad de las encías causada por la placa dental, infecciones por virus como el herpes labial, por hongos o por causas genéticas. Si no se trata, la gingivitis puede derivar en una periodontitis, que destruye los tejidos que soportan los dientes, y en casos extremos, supone la pérdida de las piezas.
-Dolor en las muelas del juicio: si el tercer molar comienza a salir, causa dolor al romper la encía, pero en ocasiones no dispone del espacio suficiente para erupcionar y puede perjudicar a los demás dientes. Cuando se note alguna molestia hay que acudir al dentista para que valore su extracción.
-Manchas o úlceras que no desaparecen: en ocasiones aparecen llagas o aftas en la boca síntomas de una mala alimentación, pequeñas heridas… que aunque causan alguna molestia en pocos días desaparecen, pero en ocasiones pueden ser síntoma de un herpes labial o afecciones más graves como el cáncer oral. Si estas protuberancias no desaparecen es necesario acudir al dentista para que las analice a fondo y determine el origen.
-Si se te astilla o se te rompe un diente a consecuencia de algún traumatismo. Si no se trata se pueden producir infecciones o heridas en la boca, es necesario acudir al odntólogo para que valore la forma de repararlo.
-Dientes oscurecidos: puede deberse a que exista alguna caries, y si no se trata, la infección puede llegar al interior del diente y en casos extremos propiciar su pérdida.
Es recomendable visitar al dentista con regularidad para evitar posibles dolencias, pero si se tiene alguna molestia, por pequeña que sea, con más razón hay que acudir a la consulta inmediatamente para detectar el problema y tratarlo a tiempo.
